
Y quién te creo en la blasfema frente del conciente
Reclamaste vidas que nunca conociste
Extrañas la forma en que besabas a tu mascota en la tardes por el jardín
No duele como se apaga la luz, no duele como se opacan las caricias
Costumbre amada, quisiste tanto cambiar el rumbo esperado
Recogiste el silencio de quienes te dejaron y seguiste lo que siempre evitaste
El zumbido de los oídos ensordecidos te indican el desagrado de tu vida
Quitaste el absurdo de tu lengua materna por el razonamiento de un hombre que tiembla.
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