
Tome el agua turbia, esa que dejaste
en mi velador
Tantos absurdos como recuerdos
Del baile inevitable que hacemos cuando nos dejamos
La canción más triste, el vals más descoordinado
No importó, nunca importó.
Y aquí se nos desvanecen los labios
Mientras la cama se hunde sola...
La luz de la mañana resalta
Esas manchas que nunca limpiamos
Como si fueran lágrimas…
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