domingo, 3 de febrero de 2008

Nocturna


Y con las pestañas enroscadas saliste…

Cuánto tocaste, cuanto dejaste

Quisiste que todo rompiera con el exceso de tu vientre retraído

Mujer de piernas hinchadas y sexo doliente

No viste la tragedia del universo que existe en el ojo de quien te toma.

Mujeres ancianas de corta edad cierran sus puertas al verte caminar

La envidia de quienes absorben el moho de sus cuartos abandonados


Era tanto el silencio que las paredes conversaban sobre sus tristezas…

...


Y quién te creo en la blasfema frente del conciente

Reclamaste vidas que nunca conociste

Extrañas la forma en que besabas a tu mascota en la tardes por el jardín

No duele como se apaga la luz, no duele como se opacan las caricias

Costumbre amada, quisiste tanto cambiar el rumbo esperado

Recogiste el silencio de quienes te dejaron y seguiste lo que siempre evitaste

El zumbido de los oídos ensordecidos te indican el desagrado de tu vida

Quitaste el absurdo de tu lengua materna por el razonamiento de un hombre que tiembla.

Solos


Bese la frente íntima de una guerra sicológica,

el pensamiento insumiso bajo su carne doliente.

Nos enfrentamos a centenares de cuerpos resignados

que siempre sufren en su propio revuelco.


Estábamos sobre el desastre y

era tan inevitable verlo con ojos de nostalgia.


Tú que gritabas a la memoria de la magia ausente y

al amor escurridizo, fue tu angustia la cuna de la muerte y

fe de los normales.

Avergonzado retiraste la palabra cósmica y

nos dejaste un mar despoblado, el agua sanguínea y

un ritual pagano.

Como las Hojas


Y es así, como nos fuimos acercando

De la forma más fatal y mágica

Encantadores, los dos,

Nos buscamos y dejamos

Dentro de éste otoño que se aleja de nuestras

Caídas mañanas

Como las hojas…

Espero que esto no se nos vaya de la piel

¡Como esperamos estos colores!

Como bailamos sobre la alfombra..

Y tu! Que me acariciabas ante el silencio

Prometedores tormentos de besarnos

sobre cualquier textura que

nos acogiera sobre las noches.

¡Y aquí vienes otra vez!, con la cara lánguida

De olvidos y celestes formas de sonreír

Me engaña y apasiona esta forma de dejarte

Suspiramos, y el sueño enamorado se nos escapa

Para otra vez, soplarnos heladamente la espalda

Que ya no acariciaremos

Y es así, niño, que tu calma aún se resguarda

Tiernamente en el inocente tacto de las mañanas

Que ahondaremos en pechos ajenos a nosotros dos.

La Culpa del Deseo Ausente




Ocurre que estás en alguna parte de la calle,

Por mientras, idiotamente ajito un lápiz,

Que pronto una letra innecesaria verá nacer

Sorteamos al beso innumerable, lo que nunca termina, mientras mi pecosa frente se olvida de la sombra que tus labios dejaban al besarla

Podría omitir todo esto y deshacerme de ti como siempre lo hago, pero nunca ha sido el acto lo que me hace pensarte…

Y Ahí estás…

Allá nosotros, esos que se aman febrilmente sin siquiera saber el cómo, si ya no somos.

¿Querrías besarme con el rostro en blanco y creer que nunca he sido yo la que ves mientras duermes?

Pensaremos que esto es un secreto, creeremos que la épica y desmemoriada hiena reirá por nosotros lo que pudimos advertir. No te dejaré lo más difícil, no te besaré con los pómulos enrojecidos como solía hacerlo, por encima de la espesura de mis piernas descansarás culpable por haberme deseado todo este tiempo.

Acuéstame sobre el Llanto


Acuéstame sobre el llanto

De la sombra cansada

Recorre el recuerdo inhóspito

Que dejé entre tus paredes

Estaban los parlantes callados

y las ventanas abiertas…

Con las cejas despeinadas

Mirabas curioso el despertar

de mis ojos vacíos

Y el pelo cobijado.

Me contemplabas triste

Como flores en foto blanco y negro

Acariciabas mi piel erizada

y reías ante el desastre.

Recuerdo el olvido

y ese café que siempre se enfría

Recuerdo el color de mis sentimientos

y el avanzar de lo desolado.

Estaban los parlantes callados

y las ventanas abiertas…

mmmm

Ahorcare los días futuros a tu lado,

Esos que ya no viviré

Depravando la miseria rutinaria

Como un poema de latidos

Mas corta eres tu que la vida misma

O al contrario eterna como tu silencio

Violadores de realidad me cuentan por la noches

Que la libertad esta hecha de tus momentos

Arrancada de una historia demencial

Me estrangulas la cordura

Me incitas a dejarlo todo por ti

A escapar, a escapar de él

Me imnotizo de ti para introducirnos

Naciendo nuevamente, sexualidad

De olores y sonidos tan animales como el inocente

En la serpiente de tu conveniencia

Mi cordón, es tu tentación, mis alaridos tu bendición

Pobre inocente animal el que no te conoce

Pero selectiva como tu misma

Condenas a los favoritos

Llevándonos a un circulo de locura y genialidad

Ondulante, perverso, frío e inhumano

Rodando de un extremo a otro,

Espero la caída, para poder mirarte a la cara

Y así, conocer el “rostro” de mi vida.

(1999)

Heme Aquí


Heme aquí, zapateando sobre tu nombre,

bailando sobre las lápidas de tu vientre, enfurecida con tu dios,

niña que le bailas a la muerte como si fuera tu sombra,

es en éste momento en el que la marea me saluda,

los árboles se marchitan, y la luz, conoce a la noche obligada.

Dejando las huellas entre el barro concebido por tu nombre,

le bailo al fuego, cuál salvaje he creado.

Heme aquí, repito, Limpia de los versos formados por el tiempo,

y te pregunto una vez más, que ves cuando te reflejas?

Dejando de buscar, he comenzado el relinche de la belleza,

sin más falsas palabras, me río.

Me río de tus poemas, hipócrita,

creyendo ser profeta te bastas de simples melodías,

para hacerte dueña del tiempo,

“La tumba tiene más poder que los ojos de la amada”, pues así,

suerte de abismo, creas el prefacio de tu vida,

el supuesto amor permanece en la memoria,

el entierro, como ser expatriado, arrebata las raíces de tu alma.

“Llevo en mi pecho la ciudad de la vida y el arrabal de la muerte, oro de los hombres, ángel del ausente”, despidiéndome de la fatalidad vana, comienzo.

Comienzo a correr entre los desafortunados,

a beber de su nostalgia y a componer ridículas sinfonías sobre sus llantos.

Cuán bastarda puede ser la luna,

cuán dependiente es su necesidad de ser vista,

no hay más que temer, no hay más que admirar.

Las horas, según tu tiempo, están corriendo,

mediocres creyentes de lo que avanza,

intenten encontrar la verdad de su pereza,

agitan las manillas de su vida, buscando la muerte, evitan vivir.

Y heme aquí, nuevamente, tras la insolencia de lo invisible,

que agita tus noches tras lo que no existe,

me río con espanto, me siento al borde de tu descanso,

recorro lo prohibido y ridiculizo al olvido,

por que simplemente, nunca existí.

Nunca supe que poner


La enfermedad del pensamiento

en la trágica comedia de sus básicos movimientos,

componía el sopor de una mediocre sonrisa.

¡Y yo! que atormentaba el adormecido aliento,

teñido de olor vainilla y con los dedos

reposados en colores ámbar.

Me perseguía el atardecer, nefasto y sin matices,

paseaba por los caminos escondidos,

de la caricia y su pulcritud de formas sanas,

con esa intensa mirada ufana, penetraba.

Era el sigiloso e indeseado amanecer, que me expulsaba

del peligro nocturno de sus coquetas bocanadas.

¡Ahí verás! como se tumba y arrastra, meciendo la zaga

de su identidad ausente.

Reformando sus discursos coloquiales

Con seres inherentes al puro sentimiento

Algo sobre el Olvido



Y así se fue la noche


Asustada por tantas risas vacías


Que interrumpieron palabras


al silencio entorpecido…


Una mano sudorosa y el teléfono descolgado


Una lágrima orgullosa y


el zumbido de la radio mal sintonizada,


quedaron…



Supuestos y asumidos


Arrepentidos y engañados…


Infusiones heladas y


un arrimo de colillas viejas


Un billete de posa vaso


y papeles a medio escribir



Se fue…




Y ya



Origen y Desenfado


No serviría que plasmes tus silencios sobre mi boca

Han de ser muy extraños los vientos que cruzan tus pensamientos,

Tal vez? escuchases el crujir de mis dientes, a entre dientes.

Y morbosos movimientos, claro, esos que sucumben junto a tu palabra.

Creando nacimientos de vidas pasajeras, permanecen, deletrean y justifican mi vivir,

Será mucho gravitar para mi alma tan promiscua de paisajes?...

Pues el Origen, sólo Origen, busca crear sobre la nada, abstrae líricas y comparsas, compone, descompone y luego re-niega…


Y ese!, desenfadado sobre la creación, lógica o absurda, la geometría y su armonía, pura. La belleza y su representación, la carga narrativa y exhaustiva, el vínculo con la forma, todos su movimientos encallejonados y sombríos que van dejando lirismo visuales, como estelas de mi entre-ojo, provoca, simpatiza y pro-mueve, es su forma de operativizar lo inventado, como mi palabra, y el susurro de mis mutismos mal intencionados.

Mutación del Pensamiento

Flotaban las ideas, como alma drogada

Que avanzaba libremente por el circuito ausente.

Pretendía recordar la más profunda de sus extrañezas

Así coleccionar mantos de nostalgia sobre su hombro.

Fumaba tal vez el último de sus cigarrillos,

A medio consumir, escribía.

El olor a comidas varias se aproximaban a su molesto olfato

Y regalaba gustos de invisible textura

Sujetaba el aire condensado y lo hacia bailar,

Tranquilo por el espacio

Como en búsqueda de su perdida materia

Como el palpitar de un árbol quieto.

Mutaba…

Agua Turbia


Tome el agua turbia, esa que dejaste

en mi velador

Tantos absurdos como recuerdos

Del baile inevitable que hacemos cuando nos dejamos

La canción más triste, el vals más descoordinado

No importó, nunca importó.

Y aquí se nos desvanecen los labios

Mientras la cama se hunde sola...

La luz de la mañana resalta

Esas manchas que nunca limpiamos

Como si fueran lágrimas…