Curiosamente, buscando más información sobre una de mis “bandas” amadas, “Lhasa de Sela” me encontre con la maravillosa sorpresa de que otra persona opina absolutamente lo mismo que yo, mencionando a dos personajes que admiro desde muy pequeña y que jamás creí ver mencionadas por alguien ajeno a mi.
Copio y pego lo que escribió:
“Se enamoró a los 19 años de Ives Desrosiers -productor, guitarrista y compositor responsable de numerosas películas en Canadá- y estableció la vocación misma de sus padres.
–Su padre: un escritor y profesor mexicano;
Su madre:, una fotógrafa neoyorkina-:
El viaje. Rodar. Porque si una circunstancia atravesó este matrimonio cultural fue la errancia y erradicación de las fronteras sobre una van destartalada que en Big Indian, un pueblito montañés de Nueva York, halló espacio para el nacimiento de la hija que a los 13 años cantaría ya en los bares de San Francisco y más tarde viajaría enamorada a Canadá, donde recordaría -inevitablemente al despedirse de él- una imagen –todas las imágenes son textuales-: su padre estudiando y escribiendo sobre el mito mexicano de La Malinche y las historias que crecieron junto a ella, contadas exclusivamente: fue la Llorona y su significado interminable lo que provocó la inspiración de los dibujos, pinturas y más tarde la escritura que darían forma a las más de 300 mil copias que angustiaron Francia y adquirieron disco de Platino en Canadá: La Llorona (1997), la historia de un amor que siempre queda en el camino, la carretera y el movimiento, la tragedia del abandono y el amor imposible, que solo habitará en el recuerdo de ellos. Una lírica de las mitologías y el folklore de Latinoamérica.
Entre acto viaja a Europa tras el éxito de La Llorona y cala junto a sus hermanas en Pocheros, “el circo contemporáneo” donde trabajó hasta componer más tarde, ya inmóvil en el puerto de Marsella (la inmovibilidad no impide el viaje), luego de 7 años de diluvio, The Living Road(2003), donde – si La Llorona es una leyenda de la tierra por el abandono en una línea enteramente tradicional- esta vez precisa de un lenguaje ecléctico para un signo perentorio: la movilidad. The Living Road es una leyenda personal escrita en esos idiomas que alojaron su errancia e inventario terrestre: Errare humanum est.
Ya convertido en un obseso de los cruces amoroso y genéticos, oir a Lhasa de Sela me ha hecho recordar a esa otra hija de la confusión y los mitos: Lila Downs.
Y solo me cabe una interrogante: ¿no es todo lo que esperaba Chavela Vargas?
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Voy a dejar unos lincks de videos de Lhasa y Lila Downs (Ya que de Chavela Vargas están malos los videos en youtube)
Lila Downs - "La alcoba azul"
Video: Escena de la película de Frida Khalo que aparece ella cantando.
Lhasa de Sela: "El Desierto"
(Lamentablemente el video es malo y después de un rato está desfazado, pero suena bien)
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