hola niña... reencontrandome con la red cache que me habías posteado... me alegro mucho que hayas leido las cosas que te pase... te dejo ese que decìas
deshielos:
así se continúan los días
ola tras ola
bengala tras bengala
estrella errante tras estrella errante
todo lo que arrancas del cielo
con la desesperación de un condenado a muerte
o de un recién nacido
abriendo y cerrando las manos en el aire
ahogando en la arena
rastros de otros deshielos.
manos que se aferran
desde la contracara de los cristales
a los rostros hechos humo
amores amortajados, desplumados y abiertos en canal,
al odio descascarado
puesto a secar en un calendario
que juega a no estar.
así se desprenden de la carne
de los huesos,
de lo más brillante en los ojos
de lo más transparente
de las aguas más turbias
y espesas
como una carta escrita a mano
lanzada a la tempestad.
se desprenden de la carne
los fuegos fatuos
las imágenes inmortales
llenas de sangre
de sangre de otros cielos como este,
y agitas convulsivo tu cuerpo, y con él tu vida
y con ella toda el agua que ha pasado entre tus dedos.
así se descontinúan los días,
ola tras ola
frío tras frío
balazo tras balazo
y descubres que nuevamente has salido de la caverna
1 comentario:
hola niña... reencontrandome con la red cache que me habías posteado... me alegro mucho que hayas leido las cosas que te pase... te dejo ese que decìas
deshielos:
así se continúan los días
ola tras ola
bengala tras bengala
estrella errante tras estrella errante
todo lo que arrancas del cielo
con la desesperación de un condenado a muerte
o de un recién nacido
abriendo y cerrando las manos en el aire
ahogando en la arena
rastros de otros deshielos.
manos que se aferran
desde la contracara de los cristales
a los rostros hechos humo
amores amortajados, desplumados y abiertos en canal,
al odio descascarado
puesto a secar en un calendario
que juega a no estar.
así se desprenden de la carne
de los huesos,
de lo más brillante en los ojos
de lo más transparente
de las aguas más turbias
y espesas
como una carta escrita a mano
lanzada a la tempestad.
se desprenden de la carne
los fuegos fatuos
las imágenes inmortales
llenas de sangre
de sangre de otros cielos como este,
y agitas convulsivo tu cuerpo, y con él tu vida
y con ella toda el agua que ha pasado entre tus dedos.
así se descontinúan los días,
ola tras ola
frío tras frío
balazo tras balazo
y descubres que nuevamente has salido de la caverna
has tomado un vaso de cerveza
has hecho el amor
te has guardado un poema en el bolsillo
y has encendido un cigarro en una playa desierta
y ahí está el rastro de humo
la serenidad de otros deshielos
la calma de otras vidas
y de otras muertes
y de otras ventanas
abiertas de par en par
para que vuelva siempre
a quemar los cuartos cerrados
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